Hace casi una semana que vengo escribiendo frases sueltas que me vienen a la cabeza y las anoto en un papel que tengo sobre el escritorio, cosa rara en mí, porque no suelo hacer eso, no anoto en un papel las ideas, simplemente me lanzo a escribirlas en la PC, no sé porque lo estaba haciendo de esa manera.
Estaba intentando dormir, ya de madrugada, y algo me dijo mi corazón: «levantate y escribilas, que hay alguien que las necesita leer».
Así que acá estoy, siendo obediente a lo que mi corazón siente y escucha.
Esto es lo que Dios me dijo que te dijera:
En tus manos puse mi más preciado tesoro.
No dejes de ser vos, pero sigue mis pasos.
Para saber quien sos, mirame y seguí mis pasos.
Yo te digo quien sos, no el mundo, mirame a mi, no al mundo.
Seguí mis pasos, no los del mundo.
¿Quién te está hablando? ¡Escuchame a mi! Hablá conmigo. Yo soy tu Padre.
Yo te amé, te amo y te amaré por siempre. Yo te sigo amando y esperando como al hijo pródigo.
Volvé.
Soy tu Padre que te ama.
Bendice alma mía a Jehová.
Rosario, 01:45 horas del 9 de junio de 2024.-