¿Qué le Dijo Pablo a Tito?

Lo que Pablo le dijo a Tito tiene muchísima relevancia; más que cualquier consejo que alguien pueda darte. Después de todo, Pablo era Pablo. ¿Pero quién fue Pablo? ¿Y quién fue Tito? ¿En qué circunstancias ocurrió esto? ¿Cuándo se lo dijo? ¿Y por qué esas palabras siguen siendo valiosas hoy?

Lo que Pablo le dijo a Tito te puede servir a vos también para afrontar problemas similares a los que tenía que solucionar Tito, porque en realidad no se trata solo de lo que Pablo le dijo a Tito, sino quien inspiró a Pablo para que se lo dijera a Tito, y eso es lo que le termina dando valor.

¿Quién es Pablo? Vivió en el primer siglo de esta era. Era griego, nació y vivió parte de su vida en Tarso, era también ciudadano Romano y un hebreo de pura sangre. Tenía ciudadanía de los tres imperios más grandes de época. De muy niño se dedicó al estudio de la palabra de Dios como todo niño hebreo hacía. A la edad de doce años se fue a Jerusalén a donde permaneció por diez años estudiando, al término regreso a Tarso, se dedicó en esos posteriores años a trabajar en el negocio familiar fabricando tiendas, a ser maestro de maestro enseñando la palabra de Dios y asistiendo a clases de filosofía en las casas de estudio griegas.

Es conocido actualmente como San Pablo o como el apóstol Pablo, pero antes de ser Pablo, era Saúl o Saulo de Tarso, y en esa época se dedicaba con credenciales oficiales a perseguir a los cristianos para que sean posteriormente ejecutados por los romanos; su tremendo amor por Dios y la obediencia por su palabra no le permitió entender a ese grupo de forajidos que andaban diciendo que un tal Jesús había resucitado de entre los muertos y que era el Mesía enviado por el propio Dios. Lo rescata de esa vida Jesús mismo en camino a Damasco y a partir de ahí se convirtió en el gran hombre de Dios, en el gran misionero (realizó viajes misioneros que traídos al día de la fecha serían una tremenda odisea hacerlos), fue el gran fundador de iglesias y en el gran teólogo. Logró interpretar a Jesús como pocas personas lo han podido hacer y eso lo llevó a ser el autor de gran parte del Nuevo Testamento. Su pluma hasta el día de hoy es difícil de igualar.

¿Quién era Tito? Hay pocas referencias de quien era, pero se sabe que era griego, hijo de Pablo según la fe, lo que lo ubica como su discípulo. Tito parece haber sido muy apto y dispuesto a atender tareas difíciles sin vacilaciones y con una capacidad especial de liderazgo. Hombre de confianza de Pablo.

¿Qué problema tenía que afrontar Tito? Pablo dejá a Tito en la Isla de Creta, la mayor de las islas Griegas y el mayor foco de la cultura Griega.

La situación en la isla era compleja, Pablo dice: «Uno de ellos, su propio profeta, dijo: Los cretenses, siempre mentirosos, malas bestias, glotones ociosos.» (Tito 1:12 RVR1960). Los griegos tenían una reputación infame, eran avarientos, maquinadores, engañadores, el bien y el mal se determinaba según la situación. La violación no era un crimen. La situación económica eran tan mala que los niños eran vendidos como mercenarios. En Creta las personas contaban con pocos modelos de buena conducta a seguir.

En estas circunstancias surgieron falsos maestros, personajes charlatanes y engañadores que estaban arruinando familias enteras al enseñar lo que no se debía y lo hacían para obtener ganancias mal habidas. Pablo dice: «Profesan conocer a Dios, pero con sus acciones lo niegan; son abominables, desobedientes e incapaces de hacer algo bueno.» (Tito 1:16 RVR1960). Eran personas, que además, apelaban a su historia familiar (su genealogía) para fundamentar el discurso del engaño.

¿Qué le dijo en definitiva Pablo a Tito? Se puede dividir los consejos de Pablo en dos: el primero en cómo afrontar a estos falsos maestros, y en segundo en cómo debe ser el comportamiento individual de quienes tienen que afrontar a estos personajes.

Parafraseando, lo que Pablo dijo respecto a cómo afrontar a estos falsos maestros se puede resumir en:

  • Evita las discusiones necias. Discusiones con personas que digas lo que le digas, no importa lo que le digas, no vas a poder hacer que entienda. En otra palabras evita discusiones con fanáticos, que no tienen intención de escuchar, si no de imponer sus ideas. El problema no es el necio por convicción, sino, el necio por interés.
  • Corrige con toda autoridad y que nadie te menosprecie.
  • Se ejemplo de buenas obras, mostrando integridad, seriedad, ser irreprochable, de modo que estas personas en algún momento se avergüencen, y no tengan nada malo que decir de vos.

En cuanto a cuál debe ser el comportamiento personal, las palabras de Pablo se pueden resumir en las siguientes:

  • No seas soberbio.
  • No seas iracundo.
  • No sea esclavo de los vicios.
  • No seas pendenciero.
  • No seas codicioso de ganancias deshonestas o mal habidas.
  • No seas difamador.
  • No seas calumniador.
  • Sé amante de hacer cosas buenas.
  • Sé justo.
  • Sé prudente.
  • Sé sano en el amor.
  • Sé paciente.
  • Sé cuidadoso de tu casa.

Quizás hoy día esto te puede sonar como lejano, para una época que ya fue, un tiempo distinto al tuyo, pero lo que Pablo dijo, no solo a Tito sino a otros de sus discípulos, fue inspirado por Dios, y esto eleva el valor de esas palabras al nivel de palabras eternas. Dios puso en el corazón de Pablo estas palabras, en un Pablo que pudo entender como pocos, la que quería Jesús para nosotros.

Rosario, 1 de octubre 2024.-

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